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Ponencia de Viktor Orbán en la Conferencia titulada “Hace treinta años en libertad”

Buenos días. Doy la respetuosa bienvenida al señor presidente del Parlamento húngaro y a la señora presidente Mária Schmidt. Doy la respetuosa bienvenida a los embajadores presentes, acreditados en nuestro país, a los miembros del Gobierno, a mis antiguos amigos, en total, doy la respetuosa bienvenida a todos los que hayan venido.

Quisiera seguir desde aquel punto donde la señora ministra ha terminado, ya que este es el día cuando Hungría interviene la primera vez en el debate lanzado en mayo sobre el futuro de la Unión Europea. Justamente este día.

Lo más importante es el exacto sentido de las palabras. Si nuestras palabras carecen de orden, entonces tampoco habrá orden en nuestras ideas.

Este debate fue iniciado en mayo en la Unión Europea, y así mi ponencia no abarcará el futuro de Europa, sino el de la Unión Europea. Noruega, Suiza, el Reino Unido, por seguro la totalidad de los Balcanes, Ucrania, Bielorrusia, también Rusia, por seguro hasta los Urales, y también una parte del mundo turco entra en el espacio geográfico que llamamos Europa. Europa es una formación cultural fantástica, fascinante, impresionante e incopiable. Es el legado irreproducible de las tres peñas, las tres colinas, la del Acrópolis, el Capitolio y la Gólgota, es la parra brotada de estas tres vides injertadas una con la otra, haciéndose más fértiles entre sí. En muchas partes del mundo producen vino, y en numerosos lugares intentan introducir la cultura europea, pero nunca podrán estar a la altura del sabor y belleza originales, por mucho que lo tomen hasta embriagarse. En la vida de Europa han alternado períodos mejores y peores, pero Europa es eterna, y sigue siéndola incluso hoy, aun si la vestidura de otros lugares tiene brillos más resplandecientes. Pero hoy no estamos en una sesión de la academia de artes para alabar – compitiéndose entre sí – la grandeza de nuestro continente, sino en un evento político y debemos pensar sobre el futuro de la Unión Europea y no el de Europa.

La Unión Europea es una formación política, hecha por el hombre, establecida para proteger los intereses económicos y militares de sus países. Establecida para dar respuesta ante el hecho político de que después de la Segunda Guerra Mundial, la mitad de Europa fue ocupada por los estadounidenses, y la otra mitad por los soviéticos. La Unión Europea fue establecida para no perder la esperanza de que un día volverían a ser los europeos quienes decidieran sobre el destino de Europa.

Estimados Damas y Caballeros,

El Frankfurter Allgemeine Zeitung dice – en base a una encuesta – que en junio de 2021 solo el 45 por ciento de los alemanes ha considerado que puede expresar libremente su opinión, mientras que el 44 por ciento ha dado una respuesta contraria. Según los encuestados uno puede fácilmente salir quemado si expresa lo que piensa sobre el islam, patriotismo o amor por la patria. Václav Klaus, cuyo espíritu arroja luz a las mayores distancias entre los exlíderes políticos, afirma que el hombre, la familia y la nación juntos y a la vez están bajo ataque, poniendo en peligro el futuro de Europa. La Señora Barley, vicepresidenta del Parlamento Europeo, dice que hay que hambrear a Hungría y Polonia. Una de los vicepresidentes de la Comisión dice sobre un Estado miembro de la Unión, justamente de nosotros, que somos una democracia enferma. ¿Qué ha pasado con nuestra Unión Europea?

Estimados Damas y Caballeros,

En 2008, la UE dio el 25 por ciento del PIB, o sea, del producto bruto del mundo, mientras que en 2019 solo el 18 por ciento. La UE dio el 22 por ciento del valor añadido bruto total de la industria en el mundo en 2008, mientras que en 2019 solo el 15 por ciento. Entre las 50 mayores empresas del mundo 14 fueron europeas en 2001, hoy solo 7. Entre los 10 mayores centros financieros del mundo no hay escenario comunitario. La Unión Europea, hace treinta años, presentó siete veces más solicitudes de patentes que China, hoy China presenta catorce veces más que la Unión Europea. Durante los últimos 25 años 20 empresas fueron constituidas cuyo valor hoy supera los 100 mil millones de dólares de cada una, entre ellas 9 son estadounidenses, 8 chinas, y ninguna europea. ¿Qué ha pasado con nuestra Unión? Durante los últimos treinta años, los Estados Unidos ha aumentado sus gastos militares en más del 30 por ciento, China lo ha multiplicado por nueve, o sea, alcanzó un aumento del 900 por ciento. La UE sigue en el mismo nivel donde estaba hace treinta años. Entre los diez países con mayores gastos militares en el mundo ya solo encontramos dos países de la Unión Europea. ¿Qué ha pasado con nuestra Unión Europea?

Estimados Damas y Caballeros,

Solo una cuarta parte de los ciudadanos de la Unión Europea piensa que la siguiente generación vivirá mejor que la actual. El 57 por ciento de los franceses, el 53 de los belgas, el 44 por ciento de los alemanes piensa que las generaciones venideras francesas, belgas y alemanas vivirán peor que las actuales. ¿A dónde ha desaparecido el sueño europeo? ¿Qué ha pasado con nuestra Unión Europea? Según un estudio del 2016 del Instituto Bertelsmann, el mercado interior único genera ingresos extras para los Estados miembro. Eso sí, pero no en una proporción igual. En términos per cápita, el ingreso extra generado es de 1046 euros para los alemanes, de 1074 euros para los franceses, de 408 euros para los húngaros y de 382 euros para los polacos, o sea, en vez de convergencia vemos divergencia. Según el análisis del Centro por las Políticas Europeas, igualmente alemán, solo Alemania y Holanda fueron los que ganaron y siguen ganando con el euro, todo el resto de los países de la eurozona sufrieron unas graves pérdidas. ¿Qué ha pasado con nuestra Unión Europea?

Estimados Damas y Caballeros,

Hoy es el día de la libertad húngara. Treinta años en libertad. Hace treinta años que hemos ganado la guerra fría. El señor presidente Reagan fue el que cambió la posición de las agujas del tren, él lanzó la última batalla decisiva de la guerra fría. El sindicato polaco Solidaridad, con su valentía recibida del Papa polaco demostró que los soviéticos ya no tenían fuerzas para usar la única herramienta que todavía mantenía unida el bloque socialista, o sea, el ejército y la violencia. 1956 no volvería a pasar. Y transcurridos siete años más, con la valentía recibida de los polacos, los pueblos de Europa Central, nosotros, todos cerramos filas junto a Polonia y ganamos la última batalla de la guerra fría, la batalla final de 1989-90. Nosotros sabemos que la libertad no llegó por sí, sino la conquistamos. El comunismo no se derrumbó por sí solo, sino lo hicimos derrumbar. El muro de Berlín no se cayó por sí solo, sino lo hicimos caer. Los soviéticos no abandonaron nuestro país por sí solo, sino los echamos. Con habilidad, sin pérdida de sangre, de manera valiente y astuta derrumbamos el comunismo, derrocamos el muro, echamos a los soviéticos y conquistamos la libertad. Y hoy somos los mismos que éramos. Los últimos luchadores de libertad aún vivos. La historia de Europa no es que se cambió por sí solo, sino la hicimos cambiar nosotros. Sabemos que ahora, cuando la Unión Europea tiene problemas, no se recuperará, no se transformará y no encontrará el buen camino por sí solo. Hace falta que nosotros la reparemos, la transformemos y la redirijamos al sendero correcto, otrora exitoso.

Estimados Damas y Caballeros,

La Unión Europea hoy vuelve a necesitar justamente gente como nosotros, luchadores de libertad.

Estimada Conferencia,

Hoy redactamos unas tesis. Aquellas tesis con las que el Gobierno húngaro contribuye al debate paneuropeo sobre el futuro de la Unión Europea, las que esperamos que sean seguidas por una resolución similar del parlamento húngaro.

Nuestra primera tesis es que marchamos a toda velocidad hacia una Unión Europea de carácter imperial. En vez de una Europa de las naciones, en Bruselas están construyendo un superestado europeo, al que nadie había dado autorización. No existe un demos europeo, hay solo naciones. Y sin demos no es posible construir una democracia, por consiguiente, la construcción del imperio bruselense necesariamente conduce a una falta de democracia. Lo que queremos nosotros, es algo bien diferente. Nosotros queremos la democracia de las democracias, cuyo fundamento aportan las naciones europeas. No tengamos miedo de decirlo: nosotros, los demócratas arraigados en un fundamento nacional nos enfrentamos a los imperialistas, que en realidad son también contrarios a la democracia.

Nuestra segunda tesis es que Bruselas hoy está controlado por aquellos, para los que la integración no es un instrumento, sino el objetivo, un fin en sí mismo. Por consiguiente, quieren prevalecer sobre todos los intereses nacionales y valores tradicionales. El régimen jurídico y las instituciones de la UE no obstaculizan estas aspiraciones, sino las promueven. De allí que nuestros adversarios políticos aspiran debilitar las comunidades naturales que forman la base de la cultura europea. En su mira están las naciones, las regiones, las iglesias cristianas y judías, además las familias. Por eso dice el Gobierno húngaro que la expresión “ever closer union” tiene que ser eliminada de los Tratados de la Unión Europea en la primera oportunidad que se dé para ello.

Nuestra tercera tesis consiste en que Bruselas externalizó y trasladó una buena parte de su poder a redes gestionadas y controladas desde fuera de Europa, en primer lugar, a unas redes de tipo Soros, y a los intereses de los demócratas estadounidenses que hay detrás de ellas. Esto sucede de la siguiente forma. Como primer paso, la Comisión fue trasladada de su posición de guardián de los Tratados, un rol políticamente imparcial, y ha sido convertida en una entidad política. Esto no ha sido en secreto, sino empezó con la declaración pública del señor presidente Juncker. Entre paréntesis: era por eso, que los británicos y los húngaros no apoyaron la elección del presidente Juncker para el puesto de presidente, además, al fin y al cabo, esto condujo también a Brexit. Final del paréntesis. El segundo paso es cuando la Comisión, convertida en una entidad política, decide redactar informes de Estado de Derecho sobre unos Estados miembro de la Unión. No obstante, estos informes por países no se redactan basándose en la opinión, documentos y declaración de hechos facilitados por los Estados miembro. Este trabajo se externaliza a las ONG, organizaciones seudo-civiles, que en realidad son unas organizaciones políticas, típicamente y casi sin excepción, pertenecientes a la red de György Soros en todo el continente, cosa que por otro lado, tampoco ellos deniegan. Tercer paso: en base a los datos y opiniones facilitados por ellos, califican a los Gobiernos elegidos democráticamente de los Estados miembro, y quieren castigar a aquellos que no les gusten. Esto es abuso del poder, de aquel poder que los Estados miembro han delegado a la Comisión.

Nuestra cuarta tesis es que, sin éxito económico común, la Unión Europea se desintegrará. La idea de la Unión se basa en la simple hipótesis de que los Estados miembro juntos pueden alcanzar un éxito económico superior al que alcanzarían por separado. Si resulta que por separado somos y podemos ser más exitosos, en términos económicos, que juntos, entonces allí acaba la Unión Europea. Es por eso, que nosotros, los que somos partidarios de la Unión Europea, solo podemos apoyar aquellas políticas que se centran en este éxito económico común. Hoy Bruselas en vez de esto, está luchando consigo mismo y con sus propios Estados miembro: da lecciones, amenaza, obliga y castiga, en total, abusa de su poder y está destruyéndose a sí mismo.

Nuestra quinta tesis es que la década que viene será una época de peligrosos desafíos: migraciones, éxodos, epidemias y pandemias. En esta época peligrosa debemos crear seguridad y ser exitosos en la economía mundial. Una precondición del éxito es la recuperación de la democracia europea. Es por eso que, para la protección de las identidades nacionales y constitucionales de los Estados miembro, hay que constituir una nueva institución con la inclusión de los Tribunales Constitucionales de los Estados miembro.

Nuestra sexta tesis es que el Parlamento Europeo ha resultado ser un callejón sin salida desde el punto de vista de la democracia europea. Solo representa sus propios intereses ideológicos, institucionales y de los partidos. No añade, sino resta fuerza a la Unión Europea. Por eso hay que aumentar significativamente el rol de los parlamentos nacionales, deberían ser las legislaciones nacionales las que delegan diputados al Parlamento Europeo, al igual que ocurre en la Asamblea del Consejo de Europa. Además, hay que conceder derecho a los parlamentos nacionales de detener el proceso legislativo de la Unión, en el supuesto de que noten que éste infringe competencias nacionales, en concreto, hay que introducir el procedimiento de tarjeta roja.

Nuestra séptima tesis es que, ceterum censeo, Serbia tiene que ser incluida en la Unión. La Unión está más interesado en la adhesión de Serbia que los serbios. Hay que tener en cuenta este hecho y hay que dejarlos entrar.

Estimados Damas y Caballeros,

Ahora la historia nos ha regalado una oportunidad. Se ha iniciado un debate, por fin podemos hablar abiertamente de los problemas, de todo lo que es lesivo, lo que les pesa a los ciudadanos de los Estados miembro. Ya también el podio está armado para nosotros – espero que lo vea tal como es – solo hace falta tener la necesaria valentía intelectual y podremos usarla para nuestros fines. Hemos recibido una oportunidad de detener la sovietización de la Unión Europea y la transformación de Bruselas en un tipo de Moscú. Nosotros conocemos el peligro que nos amenaza, ya que solo llevamos treinta años viviendo en libertad. Siempre éramos los luchadores de libertad de Europa. Nosotros luchamos para conquistar la libertad, mientras que nuestros amigos occidentales la heredaron. ¡Menuda diferencia! Que tengamos la suficiente valentía intelectual y política para darnos cuenta de que los tiempos han cambiado. Hace treinta años pensamos que Europa era nuestro futuro, hoy ya vemos que nosotros somos el futuro de Europa. Que nos atrevamos a ser demócratas y luchadores de libertad también en Bruselas, porque solo a partir de allí podrá volver el nuevo renacimiento de Europa.

Dios encima de todos nosotros, y Hungría delante de todas las cosas. ¡Adelante Hungría, adelante húngaros!